¿Alguna vez te has preguntado por qué tendemos a cerrar los ojos cuando recordamos detalles o queremos concentrarnos?

¿Alguna vez te has preguntado por qué tendemos a cerrar los ojos cuando recordamos detalles o queremos concentrarnos?

Resulta que este hábito tiene beneficios sorprendentes. Según las investigaciones más recientes, cerrar los ojos brevemente de manera intencionada podría ser el truco de productividad más simple que existe.
Cuando cierras los ojos, puedes retener más información auditiva, como podcasts y audiolibros, y te vuelves más sensible a los sonidos. También recuerdas más detalles visuales de manera correcta. Los testigos que cerraron los ojos recordaron un 44 % más de información (como la hora en un reloj o el número de personas en una escena) en comparación con quienes mantuvieron los ojos abiertos.
Varios estudios han demostrado que cerrar los ojos después de aprender algo ayuda a consolidar la información adquirida. Por ejemplo, cuando se realizaron pruebas de memoria seguidas de un descanso en vigilia de 15 a 20 minutos (con los ojos cerrados pero sin dormir), los escáneres fMRI mostraron que los cerebros de los participantes trabajaban frenéticamente para reproducir la experiencia de aprendizaje. Por eso, cerrar los ojos después de aprender algo ayuda a memorizar la información y a consolidar mejor el conocimiento, acelerando el proceso de aprendizaje.

No solo aprenderás nuevas habilidades de manera más eficaz, sino que, con los ojos cerrados, puedes duplicar el número de ideas creativas que se te ocurren.
En un estudio, los investigadores midieron el “pensamiento divergente” y el “pensamiento convergente” (dos atributos de la creatividad) en un grupo de personas. Para evaluar el pensamiento divergente, les pidieron encontrar nuevos usos para un objeto familiar. Una idea ingeniosa sería usar una plancha para asar un queso o calentar una lata de sopa. En la prueba de pensamiento convergente, los participantes debían encontrar una palabra relacionada con tres términos dados. Por ejemplo, la palabra “limón” está relacionada con “árbol”, “pastel” y “jugo”. En ambas pruebas, las personas que cerraron los ojos obtuvieron el doble de puntuación que quienes mantuvieron los ojos abiertos. La ciencia es clara: el pensamiento original surge más naturalmente con los ojos cerrados.


¿Por qué cerrar los ojos potencia tu cerebro?


La respuesta es simple: tu cerebro es como una máquina con energía limitada. La visión, curiosamente, consume una gran parte de esa energía. En comparación, el tacto y el gusto requieren solo una fracción de ella. Por eso, en el momento en que cierras los ojos, liberas una gran cantidad de energía cerebral. Y cuando esto ocurre, tu cerebro trabaja más intensamente para recuperar detalles, imaginar ideas creativas o encontrar soluciones a problemas difíciles.
A veces, ni siquiera necesitas cerrar los ojos intencionadamente. Tu mente subconsciente ya sabe que la visión puede nublar tu pensamiento. De hecho, las personas tienden a parpadear más y por más tiempo justo antes de resolver un problema creativo.
Si nunca cierras los ojos durante unos minutos en tus descansos, es probable que te estés perdiendo grandes ideas que podrían surgir al hacerlo. De hecho, mantener los ojos abiertos todo el día sobreestimula tu cerebro, causando fatiga temprana y haciéndote más propenso al estrés y al agotamiento.


De entre todos los trucos de productividad, ninguno es tan fácil, rápido y gratuito como simplemente cerrar los ojos. Así que la próxima vez que estés luchando por resolver un problema, superar un bloqueo creativo o consolidar lo que has aprendido, cierra los ojos y descansa un momento. Solo entonces podrías liberar el verdadero potencial de tu cerebro.

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